4. ¿Por qué te deben importar tanto las cosas de la tierra si este no es el lugar de tu descanso? Tu morada debe ser en los cielos y todo lo que hay aquí debes mirarlo como uno que está de paso. Todas las cosas pasan y tú también con ellas. Cuida no pegarte a ellas para no caer prisionero y perecer.
Tu pensamiento se eleve al altísimo y tu oración se dirija sin cesar a Cristo. Si no sabes elevarte a la contemplación de las cosas sublimes y celestiales, descansa en la pasión de Cristo y habita gustosamente en sus sagradas llagas.
Si te refugias devotamente en las lesiones y preciosas heridas de Jesús, experimentarás gran aliento en las tribulaciones, no te preocuparán los desprecios de los hombres y soportarás con facilidad a cuantos te critiquen.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.