62. Si nosotros, pues, establecemos la devoción a la Santísima Virgen, no es por otra cosa que para establecer más perfectamente la de Jesucristo, y para ofrecer un medio fácil y seguro de encontrar
a Jesucristo. Si la devoción a la Santísima Virgen nos alejase de Jesucristo, sería preciso rechazarla como una ilusión del diablo; pero es necesario afirmar lo contrario, como ya he hecho ver, y demostraremos también por delante: esta devoción no nos es necesaria sino para encontrar más perfectamente a Jesucristo, amarlo tiernamente y servirlo con fidelidad.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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