2. Cuánta confianza tendrá frente a la muerte aquel que ha vivido en el mundo desapegado de la atadura de todo sentimiento humano. Pero el tener el corazón desprendido de todas las criaturas todavía no lo entiende el espíritu enfermo, ni el hombre material comprende la libertad del hombre interior.
Empero, si quieres ser de veras espiritual, es necesario renunciar tanto a los que están lejos como a los vecinos y tener precaución más de la propia persona que de los demás. Si consigues una total victoria sobre ti mismo, te será más fácil someter los demás.
Triunfar sobre las propias inclinaciones es una victoria completa. Porque el que se domina a sí mismo, de modo que la sensualidad obedezca a la razón y la razón me obedezca en todo a mí, es en verdad vencedor de sí y señor del mundo.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.