2. ¿Por qué algunos santos fueron tan perfectos y llenos de espíritu contemplativo? Porque se esforzaron en suprimir todo deseo terrenal para poder así, una vez libres y desprendidos de sí mismos, unirse de corazón a Dios.
A nosotros, por lo contrario, nos tienen demasiado esclavizados las pasiones y el exagerado cuidado de lo transitorio. Además, raramente conseguimos vencer aunque fuera un solo defecto y nos falta decisión para adelantar un poco todos los días en el camino de la perfección, y por eso nos quedamos inmóviles y tibios.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.