82. En tercer lugar, es preciso escoger entre todas las devociones a la santísima Virgen, aquella que más nos lleve a esta muerte de nosotros mismos, como siendo la mejor y más santificante, pues no se puede creer que todo lo que brilla es oro, que todo lo dulce es miel, y que todo lo que es fácil de hacer y practicado por la mayoría sea lo que más nos conduce a la santificación. De igual manera que en la naturaleza hay secretos para realizar en poco tiempo, con pocos gastos y con facilidad ciertas operaciones naturales, así existen secretos en el orden de la gracia para hacer en poco tiempo, con dulzura y facilidad, operaciones sobrenaturales, vaciarse de sí mismo, llenarse de Dios, y llegar a ser perfecto.
La práctica que yo quiero descubrir es uno de esos secretos de gracia, desconocido por gran número de los cristianos, conocido por pocos devotos, practicado y degustado por un número aún menor. Para comenzar a descubrir esta práctica, he aquí una cuarta verdad que es una consecuencia de la tercera.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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