5. Muchas veces aprovecha más esta prueba que gozar permanente de una situación tranquila, conforme de una situación tranquila, conforme a los propios gustos.
En verdad los méritos no se miden por las muchas visiones o revelaciones que uno tenga, porque esté muy versado en las Escrituras o goce de elevada dignidad, sino que consiste en estar fundado en la verdadera humildad y lleno de la divina caridad, en buscar siempre única y enteramente la honra de Dios, en juzgarse a sí mismo por nada y despreciarse de verdad y en desear ser más humillado y menospreciado que repleto de honores.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.