107. En segundo lugar, es tierna, es decir, llena de confianza en la Santísima Virgen, como la de un niño en su buena madre. Ella hace que un alma recurra a María en todas sus necesidades del cuerpo y del espíritu, con mucha simplicidad, confianza y ternura; implora la ayuda de su buena Madre en todo tiempo, en todo lugar y en todas las cosas: en sus dudas, para ser esclarecido; en sus extravíos, para volver al buen camino; en sus tentaciones, para ser sostenido; en sus debilidades, para ser fortificado; en sus caídas, para ser levantado; en los desalientos, para ser animado; en sus escrúpulos, para ser libre de ellos; en sus cruces, trabajos y contrariedades, para ser consolado. En fin, en todos sus males del cuerpo y del espíritu, María es su recurso ordinario, sin temor de importunar a esta buena Madre ni desagradar a Cristo.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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