Hablar de amor es permitir que el poeta dentro de cada uno de nosotros emerja, y con él, la alegría de la esperanza, la tristeza de la ausencia, el anhelo de estar cerca, de abrazar, de adormecerse juntos. Hablar de amor es expresar todos esos impulsos y sentimientos que permanecen ocultos dentro del ser.

El amor es la fuerza más poderosa del universo. Estamos aquí para convertirnos en amor, fuimos creados por amor, y la única verdad es el amor.

El amor es inevitable en los seres humanos. ¿Cómo podríamos vivir sin él? Todos llevamos esa fuerza dentro de nosotros. Un ser humano solo es verdaderamente libre cuando ama.

Amar a alguien es llamarlo a la vida y, al mismo tiempo, ejercer el acto de estar vivos, porque cuando amamos nos sentimos en sintonía con el universo. Como dijo Erich Fromm: “Amar es comprometerse sin garantías, entregarse completamente, con la esperanza de que nuestro amor genere amor en la persona amada.”

El amor es mucho más que el encuentro de dos cuerpos o la unión de dos personas. El verdadero propósito es desear permanecer juntos, permitiendo un desarrollo mutuo, superando los obstáculos que puedan surgir. Si hay amor, es posible soportar conflictos familiares, personales, celos, dificultades económicas o crisis de ansiedad. Sin embargo, el amor no puede sobrevivir a la indiferencia, la deshonestidad afectiva, la mentira sentimental o el desprecio.

Es esencial entender que, en el amor, como en todo, existen límites. Pero no es el amor el que es limitado, sino las personas. Nadie es responsable de las insatisfacciones que acumulamos en nuestras relaciones pasadas, y ninguno de nosotros es culpable de las frustraciones del otro. Cada uno debe asumir la responsabilidad de limpiar su propio desorden emocional y cargar con sus propias responsabilidades para poder vivir una relación constructiva.

«Un gran amor es el fruto de una manera de vivir.»

Para construir un amor verdadero, es necesario:

  • Reconocer en el otro el valor de lo bueno que posee, admirándolo y elogiándolo.
  • Fomentar diálogos sinceros y abiertos sobre coincidencias y diferencias, alegrías y dolores, problemas y soluciones, y sobre el amor que los une.
  • Aceptar que el otro es un ser individual y autónomo, y respetar esa individualidad.
  • Fortalecer siempre la admiración, el respeto y la confianza.
  • Desarrollar la creatividad, el romanticismo y la complicidad.

Si no estás viviendo una relación amorosa gratificante, revisa qué creencias te están limitando. Eres merecedor de amar y ser amado. Buscar a alguien no es desesperarse por no haber logrado algo, sino mantener la fe y la certeza de que, para alguien tan especial como tú, será inevitable encontrar una persona que desee amarte profundamente.

Cultivar amigos y amistades también es clave para desarrollar la capacidad de amar. Si alguien sabe amarse a sí mismo, tiene más que suficiente amor para compartir con otros.

«El corazón es lo suficientemente grande como para contener mucho amor. Cuanto más das, más tienes».

Por: Martha Isabel González

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