13. La naturaleza todo lo hace por su propia utilidad y comodidad. No puede realizar nada gratuitamente. Por cada favor espera conseguir otro igual o mayor, o recibir alabanzas y consentimientos, ya que ansía que sus acciones y sus dádivas sean conocidas y ponderadas por todos. La gracia no es así. No aspira a ninguna cosa material y no pide, como recompensa, otro premio que Dios solo. De las cosas necesarias para esta vida no quiere poseer más que aquellas que le son útiles para conseguir las eternas.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.