12. La naturaleza se deleita con los placeres externos que satisfacen los propios sentidos. Al contrario de la gracia, que busca consuelo únicamente en Dios y, por encima de todos los bienes de este mundo, mira a la posesión del sumo bien.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.