4. Algunas veces Dios te abandonará, otras te perseguirá el prójimo y, lo que es peor, muchas veces serás una molesta carga para ti mismo. De lo anterior no serás aliviado ni consolado con ningún remedio o alegría y tendrás que aguantarlo hasta que Dios quiera.
Y Dios quiere que aprendas a tolerar la tribulación sin consuelo, que te sometas plenamente a él y que a través de las tribulaciones te hagas más humilde.
Nadie experimenta tanto en su corazón la pasión de Cristo como aquel que sufre cosas semejantes.
La cruz esta siempre preparada y te espera en cualquier lugar. Vayas a donde quieras, no podrás huir de ella porque, contigo, te llevas a ti mismo y siempre a ti mismo encontrarás.
Sube, baja; entra, sal; en todas partes hallarás la cruz. Y es necesario que en todo lugar tengas paciencia si deseas disfrutar de tranquilidad interior y merecer la corona eterna.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.