5. Señor, por tu gracia, haz posible lo que me parece imposible por mi naturaleza. Tu sabes cuán poco puedo yo padecer y que pronto me abato al menor contratiempo. Haz que todo ejercicio de paciencia me sea por ti amable y deseable, porque sufrir penas y vejámenes por ti es de gran provecho para mi alma.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.