El lunes 30 de julio de 1962, a las 3:20 p.m., un sismo de magnitud 6.9 grados estremeció a Sonsón y varios municipios de Caldas, Risaralda y Valle del Cauca. El epicentro se localizó en Buga, Valle del Cauca, desatando una serie de eventos catastróficos en la región.

La tragedia en Sonsón es evidente, con cifras desgarradoras. El sismo dejó un saldo de 100 heridos y 45 personas fallecidas. Entre las estructuras afectadas se encuentran la Capilla de Jesús Nazareno, la Casa Cural y el local de recaudación de Hacienda Nacional, todos desplomados por la fuerza del temblor.

La devastación se extiende a 800 residencias, las cuales resultaron averiadas, y más de 300 quedaron inhabitables. Instituciones clave como el Liceo Departamental, la Escuela de Artes y Oficios, el matadero, el edificio en construcción del palacio municipal y 10 almacenes fueron destruidos parcialmente, sumiendo a la parte sureste de la ciudad en la desolación.

La Catedral de Granito, símbolo arraigado en la identidad de los sononeños, sufrió graves daños en su estructura, obligando a las autoridades a tomar la difícil decisión de demolerla por razones de seguridad.

Este trágico suceso puso de manifiesto la vulnerabilidad de las zonas sísmicas y la necesidad urgente de fortalecer medidas de prevención y respuesta ante desastres naturales en comunidades históricas como Sonsón.