El emprendimiento es un tema tan amplio que convoca a todos los grupos humanos que con el paso de los años se han visto enfrentados a la necesidad de promover diferentes maneras de pensar y actuar, acordes a su historia y a las manifestaciones culturales de cada época. El documento “Emprendedores en el Aula, Guía para la Formación en Valores y Habilidades Sociales de Docentes y Jóvenes Emprendedores” comparte un visión completa del emprendimiento desde un “marco valórico” centrado en la persona como sujeto que participa activamente en la construcción de la identidad y la transformación de las sociedades, dada la necesidad de integrar el desarrollo en los diferentes aspectos de la vida, desde una mirada que mezcla lo antropológico, lo pedagógico y lo comunitario.
De manera conjunta, este documento busca desde las dimensiones estudiante/docente promover el emprendimiento, “…el reconocimiento y auto reconocimiento del joven como Sujeto Social, por ende, tan crítico como autocrítico y propositivo”; y en el maestro, “…docente-facilitador que reconoce en sus educandos sujetos sociales con una rica procedencia comunitaria y con un bagaje de aprendizajes importantes que provienen de su experiencia más allá de la escuela”.
“Siguiendo la línea y aceptando que, si bien educamos a otros, reconocemos y validamos significativamente que, en ese quehacer nos educamos permanentemente desde un “nos-otros”; de tal modo que los actores involucrados se ven enriquecidos por un clima de diálogo entre saberes y prácticas que transitan en un continuo de ACCIÓN-REFLEXIÓN-ACCIÓN”.
De no ser así, la reflexión no serviría tanto como cuando el maestro se convierte en amigo de los estudiante y comparte sus experiencias tan valiosas que hacen de la clase un laboratorio colaborativo donde los temas, las historias y los chistes contribuyen en el aprendizaje. Se trata entonces de generar experiencias educativas que permitan, tanto a los estudiantes como a los docentes, revisar su relación y comprensión del mundo. Es decir que si los contenidos no son orientados y contextualizados pedagógicamente, estos carecen de importancia, y por ende, de atención y participación por parte de los estudiantes.
En la acción, ser emprendedor es cosa de personas valientes, con un alto grado de compromiso y que requiere de todas las habilidades físicas e intelectuales para afrontar los cambios y transformaciones, carencias y/o anomalías existentes en el mundo que habitamos. Debe existir en el emprendedor un “espíritu de aventura” para crear organizaciones inteligentes y a la vanguardia de las nuevas tecnologías que contribuyan con generar una respuesta interesante e innovadora en pro del mejoramiento de las condiciones productivas y de las condiciones de vida de las personas.
Emprendedores en el Aula. Silvia del Solar Sepúlveda. 2010.