21. No es propiamente que se quiera decir que la Santísima Virgen da al Espíritu Santo la fecundidad, como si Él no la tuviera, ya que siendo Dios, tiene la fecundidad o la capacidad de producir como el Padre y el Hijo, a pesar de no reducirla al acto y en consecuencia no produciendo ninguna otra Persona divina. Con esto quiero decir que el Espíritu Santo, por intermedio de la Santísima Virgen de quien Él quiere servirse, aunque de ello no tendría absolutamente ninguna necesidad, puso en acto su fecundidad, produciendo a Jesucristo y a todos sus miembros en Ella y por Ella: misterio de gracia desconocido incluso a los más sabios y espirituales de entre los cristianos.
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Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María