22. La conducta que las tres Personas de la Santísima Trinidad tuvieron en la Encarnación y primera venida de Jesucristo, la guardan siempre y de una manera invisible en la Santa Iglesia, y continuará así hasta la consumación de los siglos, en la última venida de Jesucristo.
23. Dios Padre reunió en un lugar todas las aguas y las llamó mar; reunió todas sus gracias, y las llamó María. Este gran Dios tiene un tesoro o un almacén riquísimo, donde ha encerrado todo cuanto tiene
de bello, esplendoroso, raro y precioso, incluso su propio Hijo; y este tesoro inmenso no es otro que María, a quien los santos llaman el tesoro del Señor, de cuya plenitud los hombres son enriquecidos.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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