31. Dios Hijo quiere formarse, y por decirlo así, encarnarse todos los días por medio de su querida Madre, en sus miembros, y Él le dice: “In Israel hereditare…” (Eclo. 24, 13): Os doy a Israel por herencia. Que es como si dijese: Dios mi Padre me ha dado en herencia a todas las naciones de la tierra, a todos los hombres buenos y malos, predestinados y réprobos. Conduciré a los unos con la vara de oro, y a los otros, con la vara de hierro; seré el padre y abogado de aquellos, el justo vengador de éstos, y el juez de todos. Pero en cuanto a Vos, querida Madre, no tendréis por herencia y posesión vuestra más que
a los predestinados, figurados por Israel; y como su buena madre, les daréis a luz, alimentaréis y educaréis; y como su soberana, los conduciréis, gobernaréis y defenderéis.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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