7. Y que si dicho premio tarda en llegar, pensemos que no estamos preparados y que todavía somos indignos de la gloria que ha de manifestarse en nosotros (Rom. 8, 18) en el tiempo predeterminado y que debemos esforzarnos en alistarnos mejor para el viaje final. Dichoso el siervo —dice el evangelista Lucas— que, al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo su deber. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes (Lc. 12, 43-44).
Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.