4. ¿De qué sirve retardar tanto la confesión o diferir la sagrada comunión? Purifícate cuanto antes, escupe el veneno, toma enseguida el remedio y te sentirás mejor que si hubieras postergado por mucho tiempo lo que te estoy sugiriendo.
Si hoy por una pequeña causa renuncias a comulgar, mañana te podrá suceder algo peor y de este modo te apartarás demasiado de la comunión y, como consecuencia, te sentirás todavía menos dispuesto.
Sacude lo más pronto que puedas la pereza y la inercia en las cuales te encuentras envuelto hoy, porque a nadie ayuda prolongar la existencia entre continuas angustias e inquietudes y apartarse de los sacramentos por los obstáculos de todos los días. Hasta puede ser muy dañino posponer demasiado la comunión, porque esto suele engendrar una gran insensibilidad espiritual.
Sucede también —cosa muy dolorosa— que algunos, en su tibieza y disipación admitan con toda facilidad estos retrasos de la confesión y quieran, por lo tanto diferir la sagrada comunión por no verse obligados a vigilar con mayor cuidado los propios sentidos.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.