35. Cuando María ha dejado sus raíces en un alma, produce allí maravillas de gracia que sólo Ella puede obrar, pues solamente Ella es la Virgen fecunda, que no tuvo ni tendrá jamás semejante en pureza y fecundidad.
María produjo, con el Espíritu Santo, la cosa más grande que haya habido y habrá jamás, que es un Dios-Hombre, y producirá sucesivamente las más grandes cosas que habrá en los últimos tiempos. La formación y educación de los grandes santos que habrá hacia el fin del mundo le está reservada a Ella, ya que sólo esta singularísima y milagrosa Virgen puede producir, en unión con el Espíritu Santo, las
cosas singulares y extraordinarias.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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