3. El Profeta dice: Confía en Dios y haz el bien, habita la tierra y goza de sus riquezas (crf. Sal. 36, 3).
Una sola cosa detiene a muchos del progreso espiritual y de un decidido esfuerzo por corregirse: el horror a la dificultad o el miedo a la lucha. En realidad los que más avanzan en las virtudes son los que más virilmente se esfuerzan por superar lo que más les estorba y obstaculiza. En efecto, el hombre más adelanta y mayor gracia obtiene cuanto más se reprime a sí mismo y se humilla interiormente.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.