1.Insensato es aquel que pone su esperanza en los hombres o en las demás criaturas.
No te avergüences de estar sometido a otros por amor a Jesucristo o parecer pobre en este mundo. No confíes en tus fuerzas; mas pon tu esperanza en Dios. Haz todo lo que puedas y Dios ayudará tu buena voluntad. No confíes en tu saber ni en la astucia de cualquier otro hombre, sino en la gracia de Dios que asiste a los humildes y abate a los soberbios.
Lea también: La paz no se encuentra en el alma del hombre carnal, ni tampoco en la del hombre entregado a las cosas exteriores
Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.