1.Hijo, para poseerlo todo, es necesario que los des todo y que ni siquiera seas de ti mismo. Recuerda que el amor propio te hace más daño que ninguna otra cosa del mundo.
Estarás más o menos apegado a las cosas según el amor y el afecto que les tienes. Si tu amor es puro, sencillo y recto, no serás esclavo de ellas.
No desees lo que no te es lícito poseer. Ni poseas lo que te puede estorbar y quitar la libertad interior.
Es increíble que aún no te hayas entregado a mí desde lo más hondo de tu corazón con todo lo que puedes desear o tener.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.