1.Es cosa buena para nosotros encontrar, de vez en cuando, dificultades y contrariedades porque hacen que el hombre recapacite sobre sí mismo y, en lo más íntimo, comprenda que es un desterrado y que su esperanza no debe fundamentarse en ninguna cosa de este mundo.
2. Es bueno, a veces, padecer contradicciones y que la gente nos juzgue mal e injustamente aunque nuestras acciones sean buenas y rectas las intenciones. Todo esto nos ayuda a ser humildes y nos aparta de la vanagloria. Entonces, cuando los hombres en nuestro derredor nos desprecien y nos difamen, con mayor razón apelaremos al juicio de Dios.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.