Imagine poder dejarle a las generaciones futuras un espacio conservado ambientalmente, en el que la fauna y la flora tengan un lugar privilegiado para la vida. Esta es la apuesta de Parques Nacionales Naturales en alianza con Cornare, que busca motivar a la comunidad para que sean parte de la transformación ambiental, así como ya lo hacen 19 propietarios en el Oriente antioqueño que actualmente tienen sus predios declarados Reserva Natural de la Sociedad Civil (RNSC).
Se trata de una iniciativa de conservación y uso sostenible de los recursos naturales que busca vincular a todas las personas interesadas en hacer de sus predios escenarios para la vida. Así lo hizo Gloria Stella Jaramillo Quiroz, propietaria del predio en el que actualmente se encuentra la Reserva “La Libertad” en el municipio de San Vicente Ferrer, con una extensión de 2.5 hectáreas quien, desde el año 2019, decidió convertir lo que inicialmente era una finca agrícola y de pastoreo en un santuario de flora y fauna.
Pero, ¿qué es una Reserva Natural de la Sociedad Civil? Gloria Stella la describe como “su segunda piel”. Es una categoría de área protegida que busca la conservación de ecosistemas estratégicos y a diferencia de las otras categorías de conservación públicas existentes, las RSNC son las únicas de carácter privado en las que los propietarios, comprometidos con el ambiente y de forma voluntaria, destinan parte de su finca o el área total de la misma para fines de conservación buscando garantizar la vida de todos los que allí habitan.
Estas reservas se registran ante Parques Nacionales Naturales de Colombia y entran a ser parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), pero son acompañadas por las corporaciones autónomas. “Por eso todos los usuarios que estén interesados en declarar sus predios como área protegida, porque le quieren dejar un territorio protegido al planeta, lo pueden hacer. Nosotros acompañamos la solicitud con el documento técnico, el informe y la fase de registro ante Parques Nacionales”, explicó David Echeverri López, coordinador del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare.
Agregó que “son áreas que tienen un contexto especial, porque algunas de ellas, así sean pequeñas, albergan ecosistemas en muy buen estado y tienen la particularidad de que el propietario también realiza esfuerzos privados desde su óptica de la conservación y por eso en la ecología del paisaje son muy importantes”.
La importancia de estos espacios delimitados como Reservas Naturales también radica en que, como factor de incidencia social, acercan a las comunidades a estar más en conexión con el ambiente, buscando prácticas más respetuosas y ambientalmente sostenibles. «Así, además de la protección de los mismos predios, permiten también un desarrollo social muy significativo y promueven las relaciones de las personas en torno a diálogos de saberes constantes que buscan siempre promover la conservación”, argumentó Jorge Ceballos, director de la Territorial Andes Occidentales de PNN.
Fue a partir del año 2012 que en el Oriente antioqueño se dio mayor impulso a la difusión y sensibilización sobre este tipo de áreas protegidas, desarrollando actividades para promoverlas en las diferentes comunidades.
Inicialmente, se han venido concretando aportes de esta naturaleza en los municipios de San Carlos, Guatapé, San Rafael, Alejandría, Guarne, Rionegro, La Unión, San Luís, San Vicente, Puerto Triunfo y Abejorral, en predios que suman 710 hectáreas oficialmente registradas y están en proceso otros 20 propietarios cuyo interés es tener su propia Reserva Natural.
En las Reservas pueden encontrarse bienes y servicios ambientales que están distribuidos en diferentes partes del territorio y albergan distintos ecosistemas; así, podemos pasar de algunas ubicadas en el clima húmedo tropical del Magdalena Medio, pasando por la región de Valles de San Nicolás o la zona de Bosques, Embalses y llegando a escenarios de Páramos como pisos ecológicos presentes en el Oriente antioqueño.
Sin embargo, estos espacios, aun siendo privados, tienen distintas amenazas, pues se enfrentan a condiciones culturales agrestes como la caza, las quemas, la mala disposición de escombros y residuos, así como de otras actividades que deterioran de alguna manera los recursos naturales de estas Reservas.
“Mi Reserva, mi Obra de Arte”
Pasar de tener duramente mucho tiempo dos reservas privadas a 19 en la actualidad, da un mensaje muy interesante de cómo la población se ha venido concientizando en torno a dejar un legado para las generaciones futuras y hacer esfuerzos de conservación desde las iniciativas privadas.
Por eso, bajo el lema “Mi Reserva, mi Obra de Arte”, Cornare y Parques Nacionales buscan que los ciudadanos se involucren en este proceso de conservación. La idea surgió gracias a Gloria Stella Jaramillo, quien en su formación artística considera que tener una reserva, es tener una obra de arte. “Fui moldeando y transformando la vocación de mi predio, dejando crecer el ´rastrojo´ y otros árboles como siete cueros, chagualos y camargos, además, sembrando romerones, zarros y un yarumo que se han propagado por toda la finca”, cuenta ella, al tiempo que compara esta bonita acción con la creación de una obra artística.
Hoy en día, su reserva ha recuperado la presencia de búhos, sinsontes, turpiales, zorrillos, zarigüeyas, mariposas y un sinfín de especies silvestres que disfrutan del paso de una exuberante quebrada. Por esta razón, desde su privilegio natural, Gloria Stella invita a los propietarios a que “respeten el rastrojo, porque es importante para la vida del suelo”.
Esta alianza entre Cornare y Parques Nacionales Naturales de Colombia busca continuar impulsando esta figura de conservación en la región del Oriente antioqueño, así como promover la campaña alrededor del eslogan «Mi Reserva, mi Obra de Arte».
Para ser embajador del territorio y promover la declaración de estos pequeños oasis de cultura ambiental, puede comunicarse con Cornare en el 546 16 16 Ext. 290-291 o escribir al correo cliente@cornare.gov.co y así contribuir a conformar una gran red de reservas para compartir experiencias y dialogar sobre cada proceso que se desarrolla en las reservas
Fuente: CORNARE