5. Pelea como buen soldado, y si alguna vez desfalleces por fragilidad, levántate con más vigor que antes y confía en mi gracia que será mayor. Pero guárdate mucho de la soberbia y de la vanidad. Por su causa muchos se han extraviado y han caído en una ceguera casi incurable.
Sírvate de aviso y de continua humildad el derrumbe de los soberbios que locamente han presumido de sí mismos.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.