6. Cuán rápida pasa la gloria en este mundo. Y quiera el cielo que su vida haya estado a la altura de su ciencia. En este caso no habrán estudiado y enseñado inútilmente.
Muchos hombres se pierden por buscar una ciencia que infla y por preocuparse muy poco en servir a Dios. Ellos eligen para sí el camino de la grandeza y no el de la humildad, por lo tanto se envanecen en sus razonamientos (Rom. 1, 21). Grande es, en verdad, el que posee una gran caridad. Grande es realmente el que se considera pequeño y no toma en consideración los honores. Verdadero prudente es que sacrifica todas las cosas y las tiene por basura por ganar a Cristo (Flp. 3, 8). Auténticamente sabio es, en realidad, el que cumple la voluntad de Dios y renuncia a la suya.
Lea también: Al llegar el día del juicio, no se nos preguntará qué leímos, sino qué hicimos
Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.