2. No te domine demasiado el deseo de saber, porque en él encontrarás una desviación grande y un grave engaño. Lo hombres de ciencia quieren aparecer y ser llamados sabios. Pero hay muchas cosas cuyo conocimiento poco o nada ayuda al alma. Y muy necio es aquel que atiende a muchos asuntos que nada le aprovechan a su salvación.
Las muchas palabras no llenan el alma, pero la vida buena consuela el espíritu y una conciencia pura produce una gran confianza en Dios.
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Fuente: Tomas de Kenpis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.