Con el financiamiento de la Unión Europea, se logró la actualización de los datos para el Mapa Subregional de Riesgos.

En el marco de las actividades del Proyecto Alianza Oriente Sostenible, se realizó la actualización en el año 2023 del Mapa Subregional de Riesgos, por medio de un estudio de procesos erosivos y morfodinámicos con datos de teledetección que permitió la identificación de las principales zonas degradadas de los 23 municipios del Oriente antioqueño.

Los resultados de este estudio serán de utilidad para las actividades que desde las dependencias de Planeación de cada municipio se desarrollan en torno al ordenamiento territorial y así mismo desde las áreas de Gestión del Riesgo contar con datos de relevancia para las acciones de promoción y prevención. Los resultados de este estudio constituirán un insumo fundamental para los determinantes ambientales que se expiden por parte de la autoridad ambiental y a su vez permiten:

  • Identificar áreas vulnerables a desastres naturales como deslizamientos y erosión.
  • Planificar de manera sostenible el uso del suelo y los recursos hídricos.
  • Implementar medidas de mitigación y adaptación que reduzcan los riesgos asociados con estos procesos.

Esta actividad contó con un financiamiento de $184.152.816, donde la Alcaldía de Rionegro con los recursos del Proyecto Alianza Oriente Sostenible-Unión Europea, dispuso de $161.595.624 (87,75%) y CORNARE aportó $22.557.192 (12,25%).

Con esta actualización, se logra obtener información relevante para la toma de decisiones estratégicas desde cada uno de los municipios que conforman el Oriente antioqueño, poniendo en manos de los gobiernos locales y la comunidad en general informes detallados sobre las áreas degradadas por munición, planimetría detallada que soporta los hallazgos del convenio y un Manual de Prácticas para la Mitigación Temprana del Riesgo que consolida la amplia experiencia y conocimiento técnico de CORNARE.

En la mañana del martes 23 de mayo de 2024, el Proyecto Alianza Oriente Sostenible y expertos técnicos presentaron estos resultados antes más de 50 asistentes de los municipios en reunión virtual, contando con la participación de Secretarios de Planeación, Gestión del Riesgo, sus equipos técnicos y demás personas interesadas en el tema.

En el desarrollo de este encuentro se contó con la participación de Daniela Álvarez, geocientífica en gobernanza del riesgo y Flover Rodríguez Portillo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía; quienes expusieron los aspectos más relevantes de la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático.

Importancia de los resultado de estudio

La gestión del riesgo en el Oriente antioqueño y el análisis de los procesos morfodinámicos y erosivos se enmarcan dentro de un contexto más amplio de políticas públicas nacionales y compromisos internacionales. En Colombia, las políticas clave incluyen el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y la Política Nacional de Cambio Climático, que promueven el desarrollo sostenible y la resiliencia frente a los desastres naturales.

Asimismo, el Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (PNGRD) y la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC) proporcionan directrices específicas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la preparación ante eventos climáticos extremos.

A nivel internacional, los esfuerzos están alineados con el Acuerdo de París, en el que Colombia se ha comprometido a limitar el aumento de la temperatura global y reducir sus emisiones de carbono. También a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en los ámbitos de la acción climática (ODS 13), ciudades sostenibles (ODS 11) y la protección de los ecosistemas terrestres (ODS 15).

Además, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres proporciona una guía fundamental para las estrategias de reducción de riesgos y resiliencia. Finalmente, la implementación de estas acciones también apoya el Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, asegurando que las medidas para combatir el cambio climático y gestionar los riesgos respeten y promuevan la biodiversidad.

Fuente: AOS