83. Es más perfecto –pues es más humilde– no aproximarnos a Dios por nosotros mismos, sin tomar un mediador. Siendo tan corrompido nuestro fondo como acabo de demostrar, si nos apoyamos en nuestros trabajos, industrias, preparaciones, para llegar a Dios y agradarle, ciertamente las obras de nuestra justificación quedarán manchadas o tendrán poco peso ante Dios, para moverlo a unirse a nosotros y hacer que nos atienda. Ya que no es sin razón que Dios nos ha dado mediadores delante de su Majestad, pues Él ha visto nuestra indignidad e incapacidad, y ha tenido piedad de nosotros, y para darnos acceso a sus misericordias nos ha provisto de intercesores poderosos ante su grandeza; de tal suerte que ser negligentes en relación a estos mediadores, y aproximarse directamente de su santidad sin recomendación ninguna, es faltar a la humildad, es faltar al respeto hacia un Dios tan alto y tan santo; es hacer menos caso de ese Rey de reyes, que el que se haría de un rey o de un príncipe de la tierra, del cual nadie osaría acercarse sin algún amigo que por él hablase.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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