76. Además, si como he dicho, la Santísima Virgen es la reina y soberana del cielo y de la tierra: Imperio Dei omnia subjiciuntur et Virgo, ecce imperio Virginis omnia subjiciuntur et Deus – Todo está sometido al poder de Dios, incluso la Virgen; al poder de la Virgen todo está sujeto, incluso Dios – , según dicen San Anselmo, San Bernardo, San Bernardino, San Buenaventura. ¿No tiene Ella acaso tantos súbditos y esclavos como criaturas existen? ¿No es razonable que entre tantos esclavos forzados, haya también esclavos de amor, que de buena voluntad, escojan a María por su soberana? ¡Pues qué! Los hombres y demonios habrían de tener sus esclavos voluntarios ¿y María no los ha de tener? ¡Pues qué! ¿Un rey se honraría si la Reina su compañera tuviera esclavos sobre los cuales ella tiene derecho de vida y de muerte porque el honor y la potestad del uno, es el honor y el poder del otro; y se podría creer que nuestro Señor quien, como el mejor de todos los hijos, le dio parte de todo su poder a su santísima Madre, verá mal que Ella tenga esclavos? ¿Tendría Él menos respeto y amor por su Madre, que Asuero por Ester y Salomón por Betsabé? ¿Quién osaría decirlo e incluso pensarlo?
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María
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