A sus escasos 17 años, Julieta Velásquez López, estudiante de la Institución Educativa Rural Técnico de Marinilla, ya maneja con propiedad conceptos como gobernanza, presupuesto participativo y hasta conoce cómo plantear un proyecto de impacto socioambiental para su comunidad. Y es que desde hace varios meses coordina, junto a otros líderes ambientales de la vereda Salto Abajo del municipio, un proyecto para fortalecer el turismo sostenible en el Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI – Cuchilla Los Cedros.
Esta y otras 23 iniciativas se desarrollan en la región Cornare gracias a la metodología de presupuesto participativo, que permite que las mismas comunidades se empoderen de las potencialidades o necesidades de sus territorios y, en compañía del equipo técnico de la corporación, planteen y ejecuten propuestas para la protección y conservación de las áreas protegidas.
Se trata de una manera de lograr la participación activa de las comunidades, por eso Julieta y otros líderes ambientales se embarcaron en esta estrategia que busca la implementación de los planes de manejo de 12 áreas protegidas y la toma de decisiones frente a las actividades de conservación de los recursos naturales.
La cofinanciación de estos proyectos fue posible gracias a una convocatoria en la que participaron 94 propuestas de juntas de acción comunal y juntas administradoras de acueductos de comunidades asentadas en áreas protegidas en las cuales había pocos avances en la implementación de los planes de manejo. “Lo más interesante del proceso es que Cornare promovió la formación en formulación de proyectos a los actores y líderes sociales. Se hicieron más de 30 talleres en cada una de las áreas protegidas, explicando a la comunidad, por ejemplo, qué es el marco lógico y la presentación de propuestas de este tipo ante la corporación o cualquier entidad”, explicó David Echeverri López, coordinador del Grupo Bosques y Biodiversidad, y agregó que esta iniciativa ha permitido construir lazos de confianza con las comunidades en una estrategia social enmarcada en lo que Cornare ha denominado “gobernanza para las áreas protegidas”.
Los proyectos que actualmente están ejecutando las comunidades directamente, le apuntan a solucionar muchas problemáticas ambientales, promover la educación y el empoderamiento. El manejo adecuado de residuos sólidos; mejoramiento de una ruta turística para evidenciar algún objeto de conservación o atractivo turístico; promover cultura ambiental a través del arte y el teatro; limpieza de quebradas; senderos turísticos, y avistamiento de aves son algunas de las propuestas con las que se le apunta a la gestión de estas zonas de reserva.
Así, por ejemplo, en la Reserva Natural Caoba, ubicada en la vereda La Florida de El Carmen de Viboral, la comunidad logró, con los recursos entregados a través de programa de presupuesto participativo, la construcción de un aula ambiental para que niños, jóvenes y adultos puedan educarse en temas de conservación en la vereda. Dora Patricia Vargas, cercana y presidente de la Junta de Acción Comunal, cuenta que la idea con este espacio es sensibilizar sobre el medio ambiente y generar un lugar de tertulia sobre la casa común. “Que sea un aula para relacionarnos y entender el territorio. Una posibilidad de generar emprendimiento para que los jóvenes se queden en el campo y se apropien de su región, al tiempo que cuidamos la naturaleza”, explica la lideresa en medio de la emoción por ver la estructura ya construida y en funcionamiento.
Cada proyecto ganador recibió 20 millones de pesos, entregados a través de la alianza entre Cornare y la Corporación Masbosques. Además, en el marco de esta iniciativa, las comunidades se comprometieron a sembrar 24 mil árboles en el territorio que reverdecerán estas zonas. “Existen también otros resultados que son intangibles, como el aporte a la construcción de tejido social, la mejora en los lazos de confianza con la comunidad y su motivación para participar en la conformación del Sistema de Áreas Protegidas SIRAP Oriente, además se estimulan algunos emprendimientos de las comunidades que habitan al interior de las áreas”, agregó David Echeverri López.
Otras gestiones para conservar las áreas protegidas del territorio Cornare
En la jurisdicción de Cornare se cuenta con 21 áreas protegidas, todas con planes de manejo aprobados, que son su principal instrumento de administración, para que con todos los actores que hacen presencia en el territorio y se benefician de los bienes y servicios ambientales que estas áreas proveen, se logre gestionar su preservación, cuidado y uso sostenible en el tiempo, de ahí que apostarle a la implementación de los planes se convierte en una estrategia fundamental, porque es allí donde está la oportunidad de trabajar con las comunidades, para que hagan un uso eficiente de las actividades productivas que ya existen e implementen acciones de conservación.
Con este tipo de procesos de presupuesto participativo, Cornare y Masbosques le apuntan a una implementación en simultáneo de los planes de manejo en varias áreas protegidas del territorio, sin embargo, en paralelo, se llevan a cabo acciones de conservación, restauración y promoción del uso sostenible en las demás áreas a través de otros proyectos con entidades públicas y privados. Es el caso de las ubicadas en la zona de Embalses, en donde se trabaja con aliados estratégicos como ISAGEN y EPM para la implementación de los planes de manejo en las Reservas Forestales Protectoras Regionales Punchiná y San Lorenzo, el Distrito Regional de Manejo Integrado Embalse Peñol – Guatapé y cuenca alta del río Guatapé, el DRMI Cuervos, DRMI Camelias y la Reserva Forestal Protectora Regional – RFPR – Playas.
Otros aliados son la Fundación Natura con quienes Cornare está llevando a cabo la ejecución del plan de manejo en el DRMI Bosques, Mármoles y Pantágoras, y Fondo Acción en la RFPR La Montaña en el municipio de San Roque.
Fuente: Cornare