41. Las figuras y palabras del Antiguo y Nuevo Testamento así lo prueban, los sentimientos y ejemplos de los santos lo confirman, la razón y la experiencia así lo enseñan y demuestran, los propios diablos y sus secuaces, movidos por la fuerza de la verdad, a pesar suyo han sido obligados a menudo a confesarlo. De todos los pasajes de los santos Padres y Doctores, de quienes he hecho un amplio recuento para probar esta verdad, no comentaré más que uno para no extenderme demasiado: “Tibi devotum esse, est arma quaedam salutis quae Deus his dat quos vult salvos fieri…” El seros devoto, ¡oh Santísima Virgen! –dice San Juan Damasceno– es un arma de salvación que Dios da a quienes quiere salvar.
Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María