El Programa de Comunicación Social y su asignatura, Comunicación y Cultura en Colombia, convocaron a este evento al que asistieron estudiantes, profesores y profesionales de medios locales de la región.
La comunicación es un campo académico, sociológico y epistemológico, como lo plantea Wilbur Scharamm. Es tan complejo que se encuentra en des-estructuración y al cual se le debe hacer una investigación crítica e introspectiva. Es un campo de carácter socio histórico y cultural que interviene de manera significativa en la estructuración de la sociedad.
El evento inició con la apertura por parte del Profesor Erney Montoya para introducirnos en el tema de los medios comunitarios como narradores de la cultura y participes del desarrollo integral del territorio. Hacía la diferencia con aquellos medios de orden económico y partidistas, con intereses más particulares que afectan a la cultura y la identidad. Es por eso que los medios locales y alternativos son los llamados a promover la unión de la comunidad, asumir conciencia de su territorio para unir a las comunidades, pues lo propio de la comunicación son las palabras: la unión con el otro y con lo otro.
Gifreu lo define de una manera amplia, como un “proceso simbólico e interactivo por el cual la realidad social es producida, compartida, conservada, controlada y transformada”. La comunicación mediante la cultura, la identidad cultural y el desarrollo tienen una interrelación y deberían fomentar, en torno al territorio, memoria histórica.
El profesor Erney pone el ejemplo y dice que los medios de comunicación deberían ser como una casa llena de espejos y ventanas. Los espejos para que las comunidades y los públicos de ese medio se observen; y ventanas para que los vecinos puedan verse.
Un poco de teoría en comunicación y cultura
Guillermo Orozco, 1989, dice que la comunicación lo es todo, desde paradigma, hasta campo interdisciplinario, fenómeno, práctica o conjunto de prácticas, proceso y resultado… De ahí que no solo la concepción predominante de la comunicación, sino también la conformación del campo educativo en esta especialidad se realizará “a partir de legitimar sólo ciertas prácticas profesionales. En su mayoría, aquellas que eran funcionales al desarrollo capitalista de los modernos medios masivos y por tanto eran prácticas que interesaban principalmente a los grupos que controlaban esos medios”.
En nuestro tiempo muchos medios operan para este tipo de orden económico y partidista, fragmentando la cultura y respondiendo a intereses particulares. El conflicto comienza, afirma Toffler, cuando el hombre es incapaz de captar la realidad tan cambiante, en su sentido de compromiso y en su capacidad de enfrentarse con las situaciones.
Desde la antigüedad, pasando por la modernidad y la posmodernidad, la cultura ha sufrido grandes transformaciones. En la Antigüedad era vista en su relación con la naturaleza. Los pueblos eran considerados cultos y mantenían una relación estrecha con los oficios del campo, la agricultura y la ganadería. Esta época era representada por la azada. Posteriormente en la Modernidad el fin último de la cultura fue la dominación de la naturaleza, y por ende del ser humano. Esta fue una época de incultos, caracterizada por la revolución industrial y representada por la cadena de trabajo. Mientras que para la Posmodernidad la cultura se encontró revitalizando el concepto y expandiendo su dimensión, se resquebrajan los axiomas. Esta época se caracteriza por ser la sociedad del conocimiento y la información y es representada por un computador.
Con este panorama histórico cultural sustentado por Alvin Toffler, podemos evidenciar cómo la cultura ha venido transformándose paulatinamente para que hoy los medios de comunicación comunitarios y masivos, se piensen, reflexionen sobre su quehacer cultural y adopten nuevas prácticas comunicativas que sean más humanas. La comunicación, como hija de los ochenta y de la industrialización, debería investigar procesos de producción, circulación, intercambio, negociación y uso de formas simbólicas en la vida social para comprender la actual situación que viven las diferentes comunidades en las diferentes poblaciones del mundo, diseñar estrategias comunicativas y revertir los daños conceptuales y culturales producidos en la humanidad.
Para César Ulloa, pensar la comunicación desde la investigación implica abordar, analizar y proponer de manera teórica, pero con alcances prácticos un conjunto de medidas y salidas ante fenómenos como el calentamiento global. La investigación en comunicación debe propender a investigar la relación entre comunicación – sociedad y medio ambiente, desde estudios que determinen cómo la sociedad desde el uso de sus propias manifestaciones culturales, TICs y medios de comunicación propenden a la preservación, conservación y buen uso de los recursos naturales.
Más sobre el Foro: los medios locales, el territorio y la identidad cultural.
Durante el foro los medios locales, el territorio y la identidad cultural, los estudiantes presentaron cuatro ponencias:
La primera estuvo enfocada en la prensa escrita: “Construcción y deconstrucción de las identidades territoriales desde los medios impresos”.
La segunda fue sobre la radio: “La radio, difusor de nuestra identidad cultural”.
La tercera ponencia habló sobre la televisión: “Cómo contribuyen los contenidos del canal mundo+ a la construcción de identidad territorial”.
La cuarta ponencia abordó los medios virtuales: “Periodismo virtual en la construcción de identidad cultural y apropiación del territorio”.
Finalmente se hizo el cierre del evento con un panel de experiencias con la participación de tres medios comunitarios: La Esquina Radio, la Revista Voces de Papel y el Periódico Tierra Adentro.
Tal vez como lo menciona César Ulloa en el documento Nuevas líneas de investigación en comunicación, cuando plantea que se debe analizar el rol que cumplen las nuevas tecnología en las formas de ser, estar, pensar, aprender, vivir y sentir por parte de las distintas sociedades del mundo, puesto que la comunicación en la actualidad tiene que tener la capacidad y también la sensibilidad de pensar el mundo como un lugar nuevo, donde la técnica y la tecnología están al servicio de la sociedad. Solo de esa manera se podrá hacer un trabajo consciente, consistente y donde la comunicación y la cultura, hermanas de nacimiento, contribuyan con la re-significación de los sentidos, conceptos y formas de habitar el territorio, que propendan por un mundo más humano que a través de la difusión de la cultura conserva su identidad, afirma los valores, fortalece la democracia y garantiza mejores condiciones de vida para las generaciones futuras.