1. Hijo, observa atentamente las inclinaciones de la naturaleza y de la gracia porque con frecuencia se mueven con toda sutileza y en forma contraria y apenas las puede distinguir el hombre iluminado y de vida interior.
Todos desean el bien y algún bien todos se proponen en lo que dicen o hacen, pero muchos son engañados por las apariencias de bien.
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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.